Crear espacios educativos en los que los alumnos participen y aprendan juntos con todos
Para esto es importante crear ambientes de aprendizaje, Antes de definir que es un ambiente de aprendizaje, es importante que se determine primeramente que es el entorno, entendiéndose como todo aquello que rodea al proceso de enseñanza – aprendizaje, es decir, el espacio que rodea al alumno en tanto que está participando de dicho proceso, lo constituye desde elementos materiales como la infraestructura e instalaciones del plantel, así como aspectos que influyen directamente en el alumno tales como factores físicos, afectivos, culturales, políticos, económicos, sociales, familiares e incluso ambientales. Todos esos elementos se combinan y surten un efecto favorable o no tanto en el aprendizaje del alumno.
El ambiente corresponde a los espacios en los que se van a desarrollar las actividades de aprendizaje, éste puede ser de tres tipos: áulico, real y virtual. En el primero, las actividades de enseñanza-aprendizaje se desarrollan en el salón de clase, el ambiente real puede ser un laboratorio, una empresa, clínica, biblioteca, áreas verdes; es decir, escenarios reales donde se puede constatar la aplicación de los conocimientos y habilidades adquiridas, incluyendo también la práctica de actitudes y valores. Los ambientes virtuales son los que se crean mediante el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación, con la finalidad de proporcionar a los educandos recursos que faciliten su proceso de aprendizaje, dentro de estas TICs pueden citarse la computadora, cañón, un aula virtual, el uso de internet donde pueden tener acceso a blogs, foros de discusión, chat, páginas especializadas en las que los jóvenes se encuentran con actividades divertidas, tales como solución a crucigramas, rompecabezas, etc., que bien empleados contribuyen enormemente en la adquisición de aprendizajes por parte del alumno.
El clima de aprendizaje es la interacción, la comunicación entre los que se encuentran dentro del proceso de enseñanza – aprendizaje, esta debe darse entre el docente y los alumnos y viceversa, así como alumno – alumno. Dentro de este clima debe prevalecer la armonía, confianza, seguridad, respeto, para que los educandos con toda libertad puedan expresarse, dar a conocer alguna inquietud o duda a favor de la obtención de un verdadero aprendizaje, también dentro de este espacio se considera el establecimiento de normas y reglas que ayudarán al buen desarrollo del Proceso de Enseñanza-Aprendizaje.
Como transitar de una escuela homogénea a una heterogénea
La heterogeneidad es un tema que preocupa, ya que el problema no es escolar sino social. El niño, ser social por excelencia, debe poder insertarse en los distintos grupos modificando, aceptando y enriqueciéndose en la diversidad de compartir experiencias con otros, independientemente de las diferencias que los distinguen.
Todos los estudiantes son diferentes, por eso se busca desarrollar una educación que potencie la diversidad de éstos y el respeto mutuo. Es por ello, que es importante trabajar en base a las diferencias particulares que los identifique como seres humanos únicos.
Heterogeneidad se refiere a la diversidad de educandos que se interrelacionan en el aula, sus ritmos, estilos, inteligencias... Todos los individuos son diferentes, necesitando siempre de alguien que los guíe. Aceptar al otro como es y no tratar de cambiarlo, sino de propiciar el desarrollo de sus potencialidades.
En contraposición, la Homogeneidad hace referencia a un grupo minoritario de individuos marginados, excluidos o apartados de una sociedad que parece presentarse como normal, homogénea, inamovible y perfecta. Según este argumento, la sociedad se percibe como una suerte de estamento sólido y estable constituido por individuos integrados, racionales, de inteligencia y comportamientos similares. Por tanto, esa sociedad rechaza lo anormal, lo diferente, lo que se sale de la norma y procura establecer los balances alterados y homogeneizar su estructura, pensando que todos los males están en, ese que es diferente.
El problema está en creer que existe una sola identidad, una sola cultura, una sola lengua, una sola manera de ser y de comportarse que lleva a un pensamiento monolítico, único y totalitario, en el que toda desviación de su lógica es entendida como anormalidad. Ante lo expuesto, la escuela promueve transformaciones significativas orientadas al desarrollo de una educación bajo los principios de la equidad y la democratización. Denominada por algunos autores como: Educación Comprensiva, Educación Inclusiva o Educación para la Diversidad.
“Una escuela heterogénea es una escuela que brinda espacios y tiempos para que sus integrantes, tanto alumnos como docentes, puedan demostrar sus capacidades y potenciar sus individualidades respetando diferencias y en búsqueda del bien común”.
Como tendría que estar organizada la escuela para propiciar la atención a todo el alumnado
La organización escolar, alude al conjunto de actividades que el personal escolar realiza en aras de estructurar la acción educativa durante la jornada escolar. Un ambiente escolar es organizado cuando, entre otras condiciones, docentes y estudiantes asisten a clases de manera regular y dentro de los horarios establecidos, en espacios adecuados para la acción educativa y el aprendizaje; esto último también contempla el que las instalaciones y materiales de enseñanza se encuentren en buenas condiciones (Aragón, 2013).
Una administración adecuada de los recursos disponibles, entre ellos, los espacios, infraestructura, material didáctico y el personal de la escuela, así como la organización del tiempo, resulta ser un aspecto de suma importancia para que tanto docentes como directivos, logren crear las condiciones adecuadas para beneficiar a los estudiantes y así contribuir a su aprendizaje. Concretamente, el tiempo efectivo hace alusión a todas las actividades que se programan en un periodo de tiempo asignado a cuestiones meramente pedagógicas (Martinic, Vergara, y Huepe, 2013). Asimismo, se ha señalado que un ambiente propicio para el aprendizaje es aquel que posee elementos de orden y disciplina, tanto al interior del aula (Cotton, 1995; Murillo, 2008; Román, 2008) como de la escuela (Aguerrondo, 2008; Aragón, 2013; Cotton, 1995; Murillo, 2008; Robinson, Hohepa y Lloyd, 2009).
Dentro de una comunidad escolar, las acciones de organización que se llevan a cabo, difieren de un plantel a otro, ya que cada escuela posee autonomía en cuanto a la toma de este tipo de decisiones (Murillo y Román, 2011). Las escuelas eficaces se caracterizan, entre otras particularidades, por administrar de manera correcta todos los recursos de los que disponen; incluyendo al personal que labora en ella, los espacios de la misma y el tiempo de la jornada escolar (Murillo y Krishensky, 2012; Intxausti, Juaristi y Lizasoain, 2016).
Las metas y expectativas que la escuela tenga, deberán estar enfocadas en el aprendizaje de sus alumnos y, para tal efecto, los directivos tendrán que ejercer su liderazgo (Bolívar, López y Murillo, 2013), puesto que la gestión de la jornada escolar le corresponde al director de la misma (Intxausti, et al., 2016), ya que este es el responsable formal y tiene un papel preponderante dentro de la organización institucional. Sin embargo, es necesario que exista un equilibrio entre la participación del personal de la escuela y el equipo directivo (Azpillaga, Intxausti y Joaristi, 2014), es decir, la responsabilidad debería de ser compartida.
La noción de gestión que se utiliza a lo largo del texto, alude al conjunto de prácticas que el personal escolar realiza durante la jornada, esta interpretación puede ser coincidente con la expuesta por Villareal (2005). La autora destacó la importancia que el personal, en este caso escolar, tiene en la obtención de resultados de calidad. Es decir, la gestión abarca todos los mecanismos a través de los cuales se asegura el buen funcionamiento de la institución escolar y su comunidad, como evidencia de ello, impactar de manera positiva en el desempeño académico de los estudiantes.
Por lo tanto, al equipo directivo (director, subdirector o colaboradores) le corresponde estructurar un plan eficiente, que concilie aspectos tales como la elaboración de horarios para estudiantes y profesores, la distribución de los espacios educativos, las limitaciones materiales, los proyectos pedagógicos, los compromisos institucionales y los deseos y necesidades personales de la comunidad educativa (Husti, 1992). Dicha planificación tiene como principal desafío el brindar una vida escolar equilibrada a los estudiantes, para lo cual se vuelve necesario tomar en consideración sus características individuales y grupales, tanto de aspectos biológicos, como psicológicos y sociales (Cabrera y Herrera, 2016). Ha de tomarse en cuenta la opinión de los distintos participantes involucrados en las actividades que se definan por la dirección, esto contribuye a fomentar un ambiente de aprendizaje sin contratiempos para toda la comunidad (Murillo y Román, 2011).
La participación y organización de todo el personal que trabaja en un centro escolar desempeñan un papel importante, tanto en gestionar los tiempos, como en el cumplimiento de los horarios y las actividades establecidas (Aragón, 2013). Esta planificación es comunicada de manera formal, a través del horario escolar, a toda la comunidad educativa, combinando en este, las pautas de la jornada laboral del personal de la escuela y el horario de clases de los alumnos (Cabrera y Herrera, 2016). En este sentido, el tiempo cobra un carácter subjetivo que ha de ser contemplado por los diversos actores a fin de coordinar las actividades necesarias para concretar la realización de las metas educativas planteadas.
Que aspectos habría que transformar en una escuela para hacerla inclusiva.
Mel Ainscow es Catedrático Emérito de Educación en la Universidad de Manchester, Reino Unido. En una autoridad con un amplio reconocimiento internacional en la promoción de la inclusión y de la equidad en la educación.
Previamente director escolar, asesor de la autoridad educativa local y profesor en la Universidad de Cambridge, su trabajo se ha orientado en las estrategias para conseguir escuelas eficaces para todos los niños y jóvenes.
Pasos para la Inclusión
Paso 1: Ten claro la dirección que quieres tomar.
La palabra “inclusión” puede ser confusa ya que significa diferentes cosas para diferentes personas. Esto es un problema concreto cuando estás intentando avanzar con otras personas –en especial en las escuelas, donde todo el mundo está tan ocupado. Si no se comparte una idea común sobre la dirección que se pretende tomar, el progreso será más difícil.
• La inclusión es un proceso. Es decir, la inclusión es una búsqueda interminable para encontrar los mejores caminos para responder a la diversidad del alumnado. Se refiere a aprender a vivir con la diferencia y a aprender cómo aprender desde la diferencia. De esta forma, las diferencias pueden ser contempladas de forma más positiva, como un estímulo para favorecer el aprendizaje entre los niños y los adultos.
• La inclusión se refiere a la identificación y supresión de barreras. Las barreras pueden tomar diferentes formas, alguna de las cuales tienen que ver con la organización de las escuelas, con el sistema de enseñanza y con los métodos utilizados para evaluar los progresos de los alumnos.
Paso 2: Utiliza las habilidades y el conocimiento existente.
El enfoque global para el desarrollo inclusivo que yo recomiendo se basa en la idea de que las escuelas conocen más de lo que ellas utilizan. En otras palabras, siempre hay buenas prácticas que pueden ser fortalecidas. Por tanto, el comienzo lógico supone analizar las formas existentes de trabajar. Ello permite identificar y compartir prácticas eficaces, mientras que, al mismo tiempo, se observan las formas de trabajo que pueden estar creando barreras para la participación y el aprendizaje de algunos alumnos.
Paso 3. Desarrolla un lenguaje compartido sobre la práctica.
Es a través de tales experiencias compartidas como los docentes pueden ayudarse los unos a los otros para expresar lo que hacen en ese momento y definir lo que les gustaría hacer. De esta forma, se va desarrollando un lenguaje sobre la práctica con el que los profesores pueden hablar unos con otros sobre aspectos concretos de su práctica. Sin este lenguaje, los profesores encuentran dificultades para experimentar nuevas posibilidades.
Paso 4. Promueve el respeto por la diferencia.
No hay un único modelo sobre cómo se muestra una escuela inclusiva. Lo que es común a las escuelas altamente inclusivas, sin embargo, es que ellas son lugares de bienvenida y de apoyo a todos sus estudiantes.
Cuando las escuelas tienen éxito al avanzar en una dirección más inclusiva, existe habitualmente un grado de consenso entre los adultos en torno a los valores de respeto por la diferencia y un compromiso de ofrecer a todos los estudiantes el acceso a las oportunidades de aprendizaje.
Paso 5: Comparte la responsabilidad en el liderazgo.
Las escuelas con una cultura inclusiva se caracterizan probablemente por la presencia de líderes que están comprometidos con valores inclusivos y con un estilo de liderazgo que anima a los individuos a participar en la toma de decisiones
Todo esto significa que la tradicional estructura jerárquica es reemplazada por una comunidad escolar que se caracteriza por valores y esperanzas comunes, de tal manera que muchas de las funciones de control asociadas con las formas tradicionales de liderazgo llegan a ser menos importantes e incluso contraproducentes.
Tomado de:
http://www.eduforics.com/es/pasos-la-inclusion-las-escuelas/
De que manera se deben involucrar todos los miembros que participan en la escuela
La Educación Inclusiva es una responsabilidad colectiva de la sociedad.
Requiere de la participación de varios actores trabajando juntos para hacerla posible. Es necesario que ellos establezcan un lenguaje común alrededor de educación inclusiva, sus principios, su filosofía y las implicaciones que ella tiene en las políticas, las prácticas y la cultura de un país y de sus instituciones educativas.
Los variados participantes incluyen al conjunto de la sociedad, representada por: la persona con discapacidad como principal participante y beneficiario de las acciones encaminadas a mejores prácticas educativas que les garanticen posibilidades futuras de un trabajo y el desarrollo de su ciudadanía; los padres como principales responsables de buscar que su hijo/a acceda a su derecho a una educación de calidad; los profesionales de las instituciones educativas con la responsabilidad de brindar la mejor educación a todos los ciudadanos de un país, desde sus prácticas de enseñanza / aprendizaje; los entes gubernamentales y sus funcionarios en garantizar una educación de calidad para todos los ciudadanos estructurada desde las políticas, la formulación y el cumplimiento de las leyes y sus reglamentaciones para garantizar su implementación en las prácticas escolares; las universidades en garantizar la preparación de sus profesionales y la investigación que proporcione elementos indispensables en el desarrollo inclusivo sostenible de un país y la comunidad en general como garante de que todos somos ciudadanos participantes de una sociedad respetuosa e incluyente desde la diversidad .
Cada uno de ellos con un rol y una responsabilidad diferente y complementaria, requieren de información y formación para hacer una realidad una educación inclusiva para todos los estudiantes.
Tomado de:
http://www.inclusioneducativa.org/ra.php
Valores o ideales de una escuela inclusiva
La educación inclusiva, como práctica social, comprende un conjunto de valores y principios, estrategias y experiencias destinadas a la democratización de la educación y a una actualización permanente, a través del desarrollo de propuestas pedagógicas que faciliten al estudiantado el derecho de acceso, de participación y de aprendizaje en igualdad de condiciones. Esto es, sin ningún tipo de discriminación que pueda restringir o anular el gozo de este derecho fundamental. Cuando se piensa en educación se piensa en humanidad, de igual manera, cuando se habla de educación inclusiva se hace referencia a derechos humanos. Los valores son los ejes que orientan la parte formativa en la vida del ser humano y, por lo tanto, conducen también el ámbito educativo y la sociedad en general. En efecto, el tema de la inclusión no es solamente un asunto educativo o pedagógico, se trata, más bien, de una perspectiva de respeto a los valores comprendidos en los derechos humanos que afectan, particularmente, a los sistemas educativos. Por ello, se encuentran íntimamente vinculadas “la forma de concebir el tipo de sociedad y de bienestar a los que se aspira y la manera en que se concibe el "vivir juntos" (UNESCO, 2008, p 4).
De este modo, la justicia social, la inclusión social y la educación inclusiva forman una triada indisoluble, en la que subyacen valores tan importantes como el respeto a la diversidad, la equidad, la convivencia de forma solidaria y la tolerancia constructiva. En este sentido, es necesario formar en valores, de manera que cada estudiante sea capaz de ubicarse en una sociedad caracterizada por la multiculturalidad. La conceptualización de educación inclusiva, mencionada previamente, permite deducir que referirse a dicha temática remite, necesariamente, a valores inherentes al derecho de la educación como un derecho fundamental de toda persona, tal y como se ilustra seguidamente.
De acuerdo con la figura 2, la educación inclusiva puede ser concebida como un proceso que permite abordar y responder a la diversidad de necesidades educativas de la población estudiantil y enriquecer la calidad de la educación para todos, mediante la participación activa en el transcurso de su formación, con un curriculum flexible, respeto a la singularidad y una planificación personalizada. De esta manera, la educación inclusiva brinda respuestas de calidad al amplio espectro de las características particulares de aprendizaje. La educación inclusiva no corresponde a un nuevo enfoque. Aun así, las recientes publicaciones la presentan como una nueva vía del hacer educativo, cuando en realidad su naturaleza diferente consiste en ser una forma de reorientar una dirección ya tomada, cuyo propósito es lograr que la educación, verdaderamente, represente a todo el estudiantado, sin exclusiones. Al respecto, Parrilla (2002, p.2) plantea que “la educación inclusiva tiene que ver con cómo, dónde y por qué, y con qué consecuencias educamos a todos los alumnos” de una comunidad escolar.
Tomado de: https://www.redalyc.org/pdf/447/44738605002.pdf
Escuelas Inclusivas
Una escuela inclusiva es aquella que genera oportunidades de participación y aprendizaje para todos los estudiantes. La escuela inclusiva apuesta por entornos en los que todas las niñas y los niños aprenden juntos, independientemente de sus condiciones personales, sociales o culturales.
• Acepta, respeta y valora a cada niña y niño con sus diferencias.
• Se centra en las capacidades de las y los estudiantes para potenciarlas al máximo.
• Guarda altas expectativas de desarrollo sobre todos sus estudiantes.
• Comprende que las estructuras organizativas y curriculares pueden adaptarse de acuerdo a la necesidad educativa de sus estudiantes, porque lo más importante es el derecho de todos a aprender.
• Adapta sus políticas, culturas y prácticas de manera participativa y consensuada.
Tomado de: http://www.minedu.gob.pe/educacioninclusiva/
La escuela inclusiva implica que todos los niños/as de una comunidad aprendan juntos en un mismo entorno, independientemente de sus características personales, socio-económicas o culturales. Esta es la base para educar personas tolerantes, respetuosas y empáticas donde unas aprenden de otras.
https://www.divulgaciondinamica.es/blog/la-integracion-social-la-educacion-inclusiva/